La historia de Rudolph Fentz fue durante muchas décadas que se consideran un misterio sin resolver, así como un caso de posible viajar en el tiempo. Según la historia, en junio de 1950 un hombre apareció de repente en el centro de la plaza Times Square de Nueva York, como de fuera de la nada. Llevaba ropa pasada de moda y lucía el tipo de patillas Cordero-taje que había pasado de moda hace décadas. Echando un vistazo sobre sí mismo, con una mirada de asombro primero y luego el pánico brilló en su rostro. Comenzó a correr a toda velocidad hacia adelante, y luego fue golpeado y muerto por un coche. Cuando la policía examinó el hombre, se encontraron con el dinero del siglo XIX en los bolsillos, así como tarjetas de presentación que lo identificaba como Rudolph Fentz. Pero no pudieron encontrar registros de un hombre llamado Fentz ninguna parte hasta que se encontraron con la viuda de un Rudolph Fentz Jr. La viuda les dijo que su padre-en-ley, Rudolph Fentz Sr., había desaparecido un día sin dejar rastro en el año 1876. Curiosamente, la dirección de su padre-en-ley coincide con la dirección en tarjetas de visita del misterioso desconocido. Así que la policía se quedaron con un enigma. Rudolph Fentz parecía haber desaparecido en 1876, para volver a aparecer en 1950. ¿Había alguna manera caído en un tiempo vacío que le había chupado setenta y cuatro años a través del tiempo?
Durante décadas, este cuento era popular entre los miembros de la comunidad de investigación paranormal de Europa, y en general se acepta como verdadero ejemplo de un verdadero misterio hasta 2005, cuando el investigador Chris Aubeck investigó su historia. Aubeck descubrió que la historia había comenzado como una ciencia historia-ficción escrita por Jack Finney y publicado en una antología de 1951. Dos años más tarde, un escritor llamado Ralph Holanda reimprimió la historia en un libro, pero lo hizo sin permiso y se elimina toda indicación de que la historia era ficción. Holanda era un miembro de un grupo llamado Borderland que se ha comprometido a promover la creencia en la existencia de una "cuarta dimensión". La historia Fentz, cuando se presenta como un hecho, hábilmente desempeñó esta agenda. A través de folletos de Holanda, el cuento del viajero del tiempo accidental hizo su camino a Europa, donde pronto echó raíces y se distribuyó durante décadas dentro de la comunidad europea de la investigación paranormal.
